Un 10 de mayo con el reclamo por los hijos desaparecidos
Manifestación frente a la sede de la 21 Zona Militar demanda su aparición con vida
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El Comité de Familiares Detenidos Desaparecidos en México “Alzando Voces” (COFADDEM) se manifestó frente a las instalaciones de la 21 Zona Militar en esta capital, para demandar a las autoridades y al Ejército Mexicano contribuyan a la localización de los desaparecidos por lo que este 10 de mayo no es de festejo, es de lucha para madres del colectivo en exigencia de su aparición con vida.
Janahuy Paredes Lachino, integrante de COFADDEM, señaló que son 309 los desaparecidos en el estado que desde el 2006 registra la organización, indicó que dentro de la organización han muertos varias progenitoras sin haber alcanzado a saber la suerte de sus hijos, aunque señaló que la manifestación no se enfoca solamente en las mujeres y en particular de madres de familia, “es un impacto a la familia como una violencia del Estado”.
En el lugar, el artista Juan Maíz ubicó una de sus instalaciones, consistente en una placa efímera con el lema “¿Dónde estás? Te queremos abrazar”, justo en el monumento al escudo nacional que se ubica frente al cuartel militar y el que de nueva cuenta fue como desde hace varios años, escenario de protesta para demandar la aparición con vida de los desaparecidos que registra la COFADDEM.
Paredes señaló que la desaparición de personas en el estado y el país, “es continua y sistemática”, con un incremento de casos desde la llamad guerra contra el narcotráfico que implementó Felipe Calderón Hinojosa en la presidencia de la República, pero que se mantiene hasta la fecha. “No es una práctica de un gobierno, de un partido político, es todo un sistema que nos está llevando al horror al mantener las desapariciones forzadas”.
De estas prácticas, dijo, hay una desaparición muy marcada de activistas en el siglo pasado en las décadas de los años 70 hasta los 90; a partir de entonces, dijo, ha sido “una práctica generalizada” y que en el caso de la Cofaddem, registra casos desde la desaparición del periodista Antonio García Apac, en Tepalcatepec, en el 2006.
En los últimos años, señaló, la versión de las autoridades es vincular las desapariciones con acciones de la delincuencia organizada y pidió que para contrarrestar tales hipótesis “entrevisten a las madres de familia, aquí están, para que vean como están los casos”.
De los 309 desaparecidos desde el 2006, señaló que como organización “no documentamos más casos hasta el 2016, porque estamos rebasadas”.
“No sé nada de mis hijos”
Laura Beatriz Castañeda Guerrero es una madre de familia que desde la desaparición de su hijo, junto con un sobrino y una joven, ocurrida en Paracho el 22 de julio del 2012, cambió su vida radicalmente por el activismo social para buscarlo. Acusa al presidente de aquel entonces, Javier Zalapa, como el autor intelectual de la desaparición forzada, y asegura que fue la policía municipal quien los detuvo y a partir de entonces no hay ningún rastro de su paradero.
“El presidente municipal se lavó las manos, dijo que ni siquiera había conocido a mis hijos, y antes nos había dicho que había estado platicando con ellos; bien que sabe, sus policías fueron al hotel por mis hijos”, afirma ante las grabadoras.
En nueve años que tienen desparecidos, señala, no ha existido ninguna versión oficial del caso. Sus hijos, define, “eran luchadores sociales, pienso que dijeron algo que les incomodó, porque ellos estaban vigilados desde que empezó el curso” dirigido a menores de edad, actividad por la que habían visitado Paracho, procedentes de la Ciudad de México.
“Según la Procuraduría, dicen que no aparecen (los policías), pero ahí están sus fotografías”, señala al referirse a los elementos policiacos. Su hijo junto con su sobrino y la muchacha, “vinieron con todo el gusto a dar su taller a los niños”. Muestra en su celular imágenes que consiguió del evento realizado en la Casa de la Cultura de Paracho, y en el que identifica a varios sujetos que denomina “halcones”, y que ya vigilaban a sus familiares y a la joven.
Afirma que en los casos también se pretendió involucrar una acción del crimen organizado, “pero los huéspedes del hotel vieron que eran los policías, tal vez ayudados por el narco, pero los que se los llevaron fueron policías de Paracho”.
Su hijo, recuerda, “tenía 30 años, mi sobrino 29 y la muchachita también 29”. Diego Antonio Maldonado Castañeda, Luis Enrique Castañeda Nava y Ana Belén Sánchez Mayorga, son los nombres que desde entonces la acompañan en su demanda de justicia y aparición con vida.